lunes, 19 de marzo de 2012

Mi viaje a Bangkok

Había pensado muchos destinos para mi semana de vacaciones, pero en todos había algún inconveniente... Palawan, en Filipinas, me parecía estupendo porque además de poder disfrutar de unos días de playa, tendría la oportunidad de visitar el río subterráneo, actualmente declarado una de las 7 maravillas del mundo con 8,2 km navegables. Que pasó?? pues que pensé.. "ODIAS los murciélagos Marta!!! y vas sola!! que vas a hacer cuando cientos de esos bichos revoloteen sobre tu cabeza?????? Tirarte al agua??? y entonces que??? podrás nadar 8 kms??? y aunque pudieras... ellos seguirán ahí! queriendo atraparse en tu pelo!" Vamos, resumiendo, vi el fin de mis días en esa nueva maravilla del mundo! y no era plan... porque tengo otros viajes pendientes que ya están pagados y sería una pena desperdiciarlos! Después pensé ir a Bangkok unos días y de Bangkok ir a Laos... muy caro! después de Bangkok ir a Camboya... muy caro! después de Bangkok ir a la playa... muy caro y mucho rollo! Mi ultima opción era irme de Bangkok a Myanmar... no quedaban hoteles!! Así que desilusionada, como quien se desilusiona cuando no tiene nada por lo que desilusionarse... dije: Pues nada! Me iré solo a Bangkok! 


Bangkok. Día 1. "Pssss!!! Esto es Bangkok??? Pues menuda pi....!! Desde luego que esto está sobrevalorado! ya me dirás que tiene Bangkok???!!"
Eso fue lo primero que pensé... pero sin saber muy bien la razón... le fui cogiendo cariño a esa ciudad que no tenía nada... Los dos primeros días estaba algo desilusionada por no haber descubierto ese Bangkok que esperaba encontrarme. Paso que daba, conductor de tuck-tuck o de taxi que intentaba estafarme con sus "¿A donde vas??? ahhh!!! eso hoy esta cerrado!! hoy toda la ciudad está cerrada!!! solo está abierto el templo del Buda dorado! que casualmente hoy es gratis!! el caso es que está a ... 80 kms! yo puedo llevarte por 2 euros!" Al principio te fastidia un poco que todos intenten engañarte, que te digan que al sitio al que vas, está en la dirección contraria (una vez piqué! lo confieso! capullo!!) y piensas: Tailandia y su "Tierra de Sonrisas"!!! cínicos!! Pero una vez que te acostumbras a eso... empiezas a disfrutar de esas sonrisas, a veces sinceras, a veces no... Empiezas a disfrutar de la gente que te empieza a saludar cada día que pasas por el mismo lugar, de su maravillosa gastronomía y de sus intentos por hablar inglés.
Sin lugar a dudas, hoy puedo decir que ha sido el viaje que más he aprovechado desde que estoy aquí. Me he levantado cada día a las 6 de la mañana, pensando que estaba en el ejercito en lugar de disfrutando unas vacaciones. He ido al mercado flotante y a Ayuttaya porque me desperté una mañana con ganas de montar en elefante! He conocido a un montón de gente y he decidido que me encanta viajar sola! Que cuando tienes que buscarte la vida para llegar a algún sitio sin que nadie te ayude con el mapa (aunque por supuesto que he dejado claro que me manejo a la perfección con ellos,eh Nacho??), es la mejor forma de recordar con todo detalle los sitios en los que has estado. Y por supuesto, la experiencia que más he disfrutado, ha sido la de mis clases de cocina thai. Han sido geniales! He aprendido muchísimo y he repetido. De precio?? unos 35 euros por curso de 3 horas y media, no está naaada mal, pero menos sabiendo que te ahorrarás también todas las comidas de ese día, ya que además de comerte una parte de los 3 platos que la profesora prepara, tienes que comerte los 3 platos que preparas tú!! Por suerte, el primer día no me había dado tiempo a comer... menos mal!!! porque los platos eran: Pad thai (noodles), arroz frito, pollo con basílico y arroz!! pffff!!! cuando salí solo quería caminar!!! La segunda vez, ya estaba preparada y escogí dos ensaladas y una sopa! :)
Llegar al hotel, después de un largo de día de turismo y cooking class... darse una duchita en el hotel y bajar a darse un masaje (4 euros) o hacerse un "manicura-pedicura" (3 euros)... reconforta a cualquiera... Uffff.... en alguno de esos momentos debió de ser cuando empecé a replantearme cambiar mi vuelo para el domingo... Pero finalmente, decidí pensar con la cartera en vez de con el corazón!


Bangkok. Día 5-6
Ya había decidido irme y así descansar los dos últimos días que me quedaban de vacaciones en Singapur. Así que a falta de tacones, secador y ropa de gala... cogí mi pintalabios rojo, dejé mi pelo secar al aire... y me fui a mirar el cielo, que me quedaba más cerca que la tierra, desde el club del Lebua Hotel de Bangkok, el "Sirocco Sky Bar", en el piso 63. Disfruté de un Gintonic en compañía de dos chicas de Nueva Zelanda, mirando las luces que alumbraban la noche de una ciudad que realmente merece la pena ser vista desde las alturas.
Me quedo con muchas buenas sensaciones... recordando con gracia las veces que intentaron engañarme, mis paseos, mis clases de cocina, la gente que he conocido, el sky bar, el trafico parado porque el rey salía del palacio para ir al hospital, o al amable taxista que me llevó al aeropuerto y en un semáforo compró dos bolsas de plátano frito, una para él y.... otra para mi.

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